viernes, 6 de mayo de 2011

asoma bin lades


Tras la muerte de Bin Laden

La eliminación de Osama bin Laden en Pakistán por fuerzas de élite de Estados Unidos tiene diversas consecuencias. Veamos algunas a continuación.

1. Su eliminación, el Primero de Mayo, por parte de los servicios estadounidenses modifica el paisaje estratégico, aunque no lo revoluciona. La muerte de Bin Laden constituye un acontecimiento importante, pero no cambia de una manera sustancial las estructuras del vigente orden internacional.

2. Se trata, incuestionablemente, de una victoria en la lucha contra el terrorismo. No es el final del terrorismo. Incluso puede suceder, por un efecto de reacción, que golpee de nuevo con más fuerza, tanto para vengar la muerte de la figura emblemática de Osama bin Laden como para demostrar que su esfera de influencia, Al Qaeda, todavía puede llevar a cabo atentados. Al Qaeda ya se encontraba debilitada desde hace algún tiempo y la desaparición de su líder acentuará tal debilitamiento. Pero la organización no está muerta. Se encontrará especialmente debilitada en la zona de Afganistán-Pakistán, pero su actividad persiste en países como Yemen, en la zona de Iraq y del Magreb, sin prejuzgar el rumbo futuro en el caso de Libia.

3. El presidente Barack Obama, de modo patente, sale reforzado por la desaparición de Osama bin Laden. Ha tenido éxito allí donde su predecesor, George W. Bush, fracasó. Por otra parte, ha mostrado la sagacidad de asociar a su antecesor a esta victoria sin desviar la atención hacia su persona. Ha potenciado su victoria política. Acusado de debilidad en el terreno de la seguridad como en el caso de todos los presidentes demócratas, Obama ha mostrado firmeza a la hora de emitir la orden presidencial que contempla la eliminación de Osama bin Laden.

Es, sin embargo, demasiado pronto para decir que haya ganado ya las elecciones presidenciales del año 2012. Queda demasiado trecho para hablar de certeza al respecto. Sin embargo, sabrá traer a colación el éxito obtenido con ocasión de la campaña electoral.

4. Las circunstancias de la eliminación de Osama bin Laden reforzarán la teoría de la conspiración. No cabía presuponer que fuera a dejar que le pusieran las esposas o saliera de su mansión agitando una bandera blanca. El resultado del asalto, probablemente, iba a ser su muerte. AWashington, indudablemente, no le seducía la idea de un juicio prolongado que habría ofrecido una tribuna mundial a Osama bin Laden. La desaparición de escena de su cuerpo, arrojado al mar, ha impedido que exista un emplazamiento donde los nostálgicos puedan “conmemorar su recuerdo”. Pero, simultáneamente, los partidarios de la teoría de la conspiración –que dirán que no está muerto o que Estados Unidos le ha eliminado porque eran cómplices– podrán difundir más fácilmente su ideología.

5. La muerte de Osama bin Laden y la primavera árabe coinciden en el calendario pero ambas realidades “van en la misma dirección”. Reducen el espacio político del terrorismo. El modelo que propugnaba Osama bin Laden, la violencia ciega para derribar regímenes, ha fracasado. La presión popular y democrática ha triunfado en países como Egipto y Túnez. En otras partes es reprimida, aunque gana terreno. Y, sobre todo, las fuerzas políticas islamistas tienen ante sí la perspectiva de integrarse en el juego político, sobre todo en Egipto y en Túnez.

Ello permite quebrar la amalgama entre terroristas e islamistas, cuya dimensión crecía hasta constituir una mezcolanza entre islamistas y musulmanes. La integración de los partidos islamistas en convocatorias electorales resulta preferible y es más eficaz que la represión mediante las armas.

6. Los talibanes resultan reforzados. Será más fácil, en lo sucesivo, desde el punto de vista mediático y político, negociar con ellos dando preferencia a los sectores talibanes moderados. La muerte de Osama bin Laden no convierte al presidente afgano, Hamid Karzai, en una figura más creíble, pero posibilita que los occidentales se retiren de Afganistán sin perder la cara.

7. El mundo va mejor, pero aún no va muy bien. Es menester trabajar para eliminar no sólo a los líderes terroristas, sino también las causas del terrorismo y de los conflictos no resueltos, las injusticias sociales, la corrupción, etcétera. A este respecto, la tarea no se ha acabado

No hay comentarios:

Publicar un comentario